Hoy en día parece cada vez más común que una persona realice transferencias bancarias desde su celular. Sin embargo, no toda la población tiene la capacidad de concretar este tipo de operaciones, ya sea a nivel digital o físicamente en las instituciones financieras que existen en el mercado.
Es por eso que resulta interesante saber cuál es la realidad del sistema financiero en Latinoamérica, específicamente respecto a la inclusión. El estudio de Credicorp 2022 arroja ciertas luces al respecto.
Importancia de la inclusión financiera
Cuando hablamos de inclusión financiera en Latinoamérica nos referimos a la capacidad de acceso que tienen tanto personas como empresas a la oferta de productos y servicios que disponibilizan los organismos financieros.
Uno de los grandes desafíos en la región es generar políticas que amplíen la innovación, competencia y los puntos de acceso para atender las necesidades de los segmentos más desatendidos de la población, siempre de forma responsable y sostenible. Por ejemplo, inmigrantes o trabajadores independientes que requieran acceso a transacciones online, pagos, ahorros, créditos y seguros.
Si los países latinoamericanos son capaces de impulsar iniciativas de inclusión financiera en sus ecosistemas, se aceleran los cambios necesarios para que ciudadanos y organizaciones puedan satisfacer sus planes personales, familiares, laborales o empresariales.
Se trata de un factor clave para reducir la pobreza en la región y promover una mejor calidad de vida en la sociedad, ya que la inclusión financiera puede mejorar el potencial de ingresos, facilitar el incremento del ahorro, impulsar la creación de nuevos negocios y, en definitiva, abrir nuevas oportunidades de desarrollo económico.
Metodología del estudio
El objetivo de la investigación fue generar un indicador de inclusión financiera con el fin de monitorear su estado en 8 países de la región: Chile, Perú, Colombia, México, Argentina, Ecuador, Bolivia y Panamá.
En total se llevaron a cabo 1.200 encuestas en hogares por país, tanto a nivel urbano como rural, excepto en Perú donde la muestra se amplió a 5.000. En relación a los participantes, el universo de encuestados lo conformaron mujeres y hombres mayores de 18 años.
El Índice de Inclusión Financiera (IIF) se basa principalmente en 3 dimensiones: acceso, uso y calidad percibida; y cada una de ellas se divide en las siguientes subdimensiones:
- Acceso: infraestructura financiera, conocimiento de productos y tenencia de productos.
- Uso: transacciones básicas, ingresos y ahorros.
- Calidad percibida: confianza en el sistema y evaluación general sobre la calidad de los productos y servicios financieros.
Cabe señalar que la puntuación en cada segmento fluctúa en una escala de 0 a 100, donde un mayor puntaje indica más inclusión financiera.
Resultados generales
De acuerdo a la medición obtenida en el trabajo de campo realizado en julio de 2022, los resultados reflejan un alza importante respecto al año anterior. En específico, se reporta un aumento de 6 puntos: de 38.2 a 44.2. Pese a este crecimiento, el nivel de inclusión aún se sitúa en un rango “medio bajo”.
La dimensión “Acceso” es la que más creció en este periodo, pasando de 33.3 a 45.4 puntos. En este campo, Argentina muestra los mejores números con 56.1. Por su parte, la dimensión “Calidad percibida” se consolida en la posición más alta del índice, llegando a un promedio de 58 puntos. Allí lidera Panamá con 69.3.
En cuanto a la dimensión “Uso”, si bien hubo un avance de casi 5 puntos, continúa en un bajo nivel con 29.2 y Chile destaca en el primer puesto con 46.8.
¿Y cómo quedó el ranking global de los países estudiados? Al igual que en 2021, Panamá y Chile se mantienen con el mejor desempeño, aunque los mayores avances ocurrieron en México y Colombia. Revisemos:
- Panamá: 54.6 (año anterior: 52.6)
- Chile: 52.3 (52.7)
- Argentina: 49 (sin medición)
- Ecuador: 48.9 (46.4)
- Colombia: 44.7 (38)
- México: 41.5 (34.9)
- Perú: 39.8 (37.9)
- Bolivia: 38.3 (39.1)
Estadísticas según variables demográficas
Ahora bien, si queremos conocer cuáles son las brechas principales, necesariamente debemos clasificar la información en base a variables demográficas. Estas cifras nos entregan un diagnóstico para saber dónde hay que priorizar las iniciativas de inclusión financiera y desarrollo económico que implementen los países latinoamericanos. Toma nota:
- Sexo: la puntuación sigue reflejando la brecha de género en favor de los hombres, aunque la diferencia se ha reducido respecto al 2021 (hombres subieron de 41 a 45.7 puntos y mujeres de 35.9 a 42.7).
- Edad: el grupo etario que registra el mayor puntaje corresponde al de 26 a 42 años, seguido por el rango de 18 a 25 años.
- Ámbito: se mantiene una diferencia de alrededor de 9 puntos entre el ámbito urbano (45.8) y el rural (36.4).
- Ocupación: las personas con un tipo de trabajo dependiente (57.4) y formal (59.2) están más incluidos en el sistema financiero que las de trabajo independiente (40.9), amas de casa (31) y desempleados (30.6).
- Nivel socioeconómico: las cifras demuestran que el nivel socioeconómico más alto coincide con los mayores índices de inclusión financiera: alto (56.7), medio (51.2) y bajo (37.3).
- Educación: la población sin estudios o con sólo educación primaria registra un nivel de inclusión mucho más bajo que la que cuenta con niveles educativos avanzados. Por ejemplo: sin estudios (20.3) y con posgrado (68.4).
Floid se la juega por la inclusión financiera
¿Qué se te viene a la cabeza cuando escuchas la frase tecnología de Open Banking? Para nosotros, los datos abiertos son el factor clave que abrirá las puertas digitales para que más y más personas puedan acceder a los productos y servicios financieros, especialmente las más excluidas como mujeres, mayores de 60 años, inmigrantes y trabajadores informales.
Actualmente, en la región hay varios países que han aprobado leyes Fintech, tales como Chile, Colombia y México. Este avance permitirá entregar soluciones innovadoras de alto valor y promoverá la competencia en los ecosistemas, haciendo que sea mucho más simple y ágil que las personas evalúen las ofertas del mercado.
En Floid potenciamos los flujos de evaluación y onboarding para fomentar la inclusión financiera y desarrollo económico.
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