Es curioso que la misma pandemia que provocó que las personas se encerraran, impulsó que la digitalización financiera se abriera.
La actual crisis generada por el COVID-19 reforzó la necesidad de la digitalización en el sistema financiero, ya que los ciudadanos tenían obvias limitaciones para realizar trámites presenciales. Pero, lamentablemente, no todas las personas cuentan con acceso a medios digitales para facilitar, por ejemplo, el pago online de productos o servicios de la industria bancaria.
La inclusión financiera es un factor clave para la reducción de la pobreza y la promoción de mayor prosperidad en la sociedad. Se refiere al acceso que tienen tanto personas como empresas a diferentes productos y servicios financieros, ya sean cuentas bancarias, aplicaciones en celulares, billeteras móviles, certificados digitales, banca online, portabilidad, entre otros.
Los pilares de la inclusión financiera
Hace poco escribimos una nota sobre el Open Banking y el Open Finance, en la cual explicábamos sus diferencias y cómo están contribuyendo, poco a poco, a la democratización de las finanzas y a aumentar la inclusión financiera, principalmente en el área digital. Esto permite que un mayor porcentaje de la población pueda hacer su evaluación de riesgo y acceder a diversos servicios financieros online, adaptados a sus necesidades y a un costo reducido.
Y es que uno de los grandes problemas en América Latina es que existe un modelo de evaluación financiera basado en información negativa, que es justamente como operan los buró de crédito. Estamos hablando de deudas activas, moras y, en el caso de Chile, el temido DICOM.
Pues bien, este modelo es poco equitativo porque afecta directamente a los ciudadanos que tienen un “currículum” financiero manchado, lo que pone trabas a la inclusión en el sistema.
De acuerdo al Banco Mundial, el acceso a una inclusión financiera responsable se centra en 5 pilares:
1. Políticas nacionales de inclusión financiera y tecnofinanzas: se basa en realizar evaluaciones y formular estrategias a nivel país, además de prestar asistencia a los clientes sobre cómo abordar la inclusión financiera, poniendo énfasis en la digitalización y aprovechando las tecnofinanzas.
2. Productos financieros y proveedores para segmentos desatendidos: este pilar se refiere a la asistencia técnica directa a los grupos más desatendidos, a través de políticas como generar productos innovadores, fortalecer la competencia y ampliar los puntos de acceso.
3. Protección del consumidor financiero: con el fin de que la inclusión financiera beneficie a los usuarios. Para ello se requiere un marco jurídico de protección del consumidor financiero, una supervisión de la conducta del mercado, más transparencia, canales accesibles y eficaces para resolver disputas, y mayor privacidad y protección de los datos.
4. Capacidad financiera y conocimientos conductuales: se refiere a la comprensión cabal de los conocimientos, actitudes, habilidades y comportamientos de los consumidores en el sistema financiero, con el fin de comprender mejor los productos y servicios que se ajusten a sus necesidades, dadas las condiciones socioeconómicas y ambientales.
5. Financiamiento de las pymes: se trata de mejorar los procesos de monitoreo sobre la oferta de crédito a las pymes, con el fin de identificar las brechas de mercado e implementar iniciativas de financiamiento más eficaces.
El panorama en América Latina
El estudio “Inclusión financiera y digitalización” realizado en 2022, revela que uno de cada tres ciudadanos en América Latina utiliza medios digitales para llevar a cabo sus transacciones financieras.
A nivel general, las mujeres de la región están menos digitalizadas que los hombres, y ocurre algo similar con los ciudadanos de nivel socioeconómico bajo.
En cuanto a los grupos ocupacionales, las amas de casa son las que menos usan productos financieros como billeteras móviles, aplicaciones en smartphones y banca online. Por su parte, la inclusión financiera en América Latina a través de la digitalización también es lejana en las áreas rurales.
Si ampliamos la mirada en términos de países, Chile y Panamá exhiben porcentajes mayores de digitalización financiera en su población. En tanto, Perú y Colombia muestran avances en la tenencia de medios digitales como billeteras móviles.
Chile
- Cuenta con un 41% de usuarios digitales recurrentes, es decir, que aprovechan la digitalización al menos una vez al mes para concretar transacciones financieras.
- La billetera móvil es utilizada por un 15% de los ciudadanos, y sólo un 7% usa frecuentemente este medio para pagar productos y servicios.
- Un 39% de la población dispone de aplicaciones de instituciones financieras en su celular, y un 33% utiliza la banca online como medio de pago.
Colombia
- La proporción de usuarios no digitales llega al 60%.
- Un 16% de los ciudadanos utiliza regularmente la billetera móvil para el pago de productos y servicios.
- El uso de aplicaciones móviles financieras es de 23% y banca online 17%.
Perú
- El 70% de los usuarios del sistema financiero son usuarios no digitales, y un 21% son usuarios recurrentes.
- Un 12% utiliza la billetera móvil como medio de pago habitual.
- El 18% de los ciudadanos de Perú hacen uso de apps financieras, y un 15% utiliza la banca por internet.
Panamá
- Los usuarios digitales recurrentes alcanzan el 38% de la población.
- El 33% de los panameños dispone de una billetera móvil.
- En cuanto al uso de aplicaciones financieras y banca online, las cifras son 23% y 34%, respectivamente.
México
- El 70% de los usuarios del sistema financiero no utilizan los recursos digitales.
- La billetera móvil está presente en el 3% de la población.
- Las apps de organismos financieros llegan al 17% de los ciudadanos, mientras que un 13% hace uso de la banca por internet.
Floid: hacia la democratización financiera
En Floid estamos enfocados en que personas y empresas financieras, de una manera expedita y segura, puedan compartir datos con terceros a través del uso de la tecnología.
Las oportunidades del Open Data son gigantescas y van en línea con la inclusión financiera en América Latina, para que más sectores puedan acceder a productos y servicios de la industria, como por ejemplo, trabajadores independientes, estudiantes, inmigrantes, amas de casa y población rural.
Si te interesa saber más sobre nuestros productos, déjanos tus datos y te contactaremos. Recuérdalo siempre: el futuro será digital.