Finalmente salió humo blanco. El miércoles 12 de octubre de 2022 quedará marcado como un día histórico para la industria financiera en Chile debido a la aprobación de la Ley Fintech.
Después de 13 meses de tramitación en el Congreso, el proyecto de ley fue aprobado por 136 votos a favor en la Cámara de Diputados y ahora sólo debe ser promulgado por el Presidente de la República.
Si quieres saber cuáles son los detalles de esta ley, sus beneficios y aplicaciones, en este artículo van todos los detalles.
¿En qué consiste la Ley Fintech?
Con Fintech nos referimos a la tecnología que utilizan las entidades financieras para inyectar más innovación en sus procesos, productos o servicios. Por ejemplo, un banco que utiliza una API para acceder a la información de sus clientes y de otros actores del sector con el fin de mejorar su oferta.
Antes de entrar en los pormenores de sus características y beneficios, veamos una línea de tiempo didáctica sobre el avance de la ley.
En el mundo actual, los conceptos de Open Banking, Open Finance, criptomonedas e inclusión financiera son cada vez más recurrentes. Se trata de una realidad mundial de la cual, precisamente, se hace cargo el Estado chileno a través de la Ley Fintech.
La tendencia en el país indica que existe un crecimiento sostenido de actores que han ingresado a la industria financiera para mejorar los procesos a través de tecnología. De hecho, el financiamiento pyme a través de empresas Fintech llegó a US$850 millones en 2020, y se estima que en 2021 alcanzó unos US$1.600 millones.
La Ley Fintech viene a reconocer y regular esta tendencia. Se plantea como una ley que establece un marco de principios regulatorios para promover y facilitar la adopción de tecnología que estimule la innovación financiera. Esto abre el camino para el ingreso de más actores y el desarrollo de nuevos productos y servicios financieros con un alcance superior.
Principales beneficios
Certidumbre legal
Uno de los objetivos principales de La ley Fintech es el establecimiento de un marco regulatorio para todas las entidades que prestan servicios financieros a través del desarrollo de tecnología e innovación.
De esta manera, se fortalece el ecosistema y se entregan más garantías en asuntos regulatorios y condiciones económicas. También se proporcionan más certezas jurídicas y protección de datos sensibles, ya sea para las instituciones del mercado financiero como para las personas naturales.
Con este marco regulatorio, Chile se puede posicionar en la vanguardia de la industria financiera en América Latina, junto a otros países como Brasil, Colombia y México que ya cuentan con sus propias leyes fintech. Esto se debe principalmente a que la legislación incluye normas para un sistema de Finanzas Abiertas u Open Finance.
Inclusión financiera
Una de las grandes ventajas de la aprobación de la Ley Fintech es que gracias a la tecnología aplicada se podrán superar las barreras de entrada al mercado en la industria financiera chilena.
De este modo, el ecosistema integrado por bancos, Fintech y más instituciones podrán entregar sus productos y servicios de última generación a más habitantes de la población, llegando a sectores que se han visto desatendidos históricamente por el sistema financiero tradicional.
Estamos hablando, por ejemplo, de trabajadores y trabajadoras independientes, inmigrantes, amas de casa, estudiantes y población rural.
En cuanto a las cifras de inclusión financiera en Chile, existe un 41% de usuarios que aprovechan la digitalización al menos una vez al mes para concretar transacciones financieras. Con la Ley Fintech, se espera que este porcentaje aumente considerablemente.
Más competencia
Otro de los aspectos ventajosos de la ley es que busca consolidar un mercado con reglas claras. Al existir más certidumbre legal respecto, por ejemplo, al Open Finance, pueden ingresar nuevos actores financieros sin comprometer la seguridad de quienes participan en el sector, vale decir, empresas, usuarios e inversores.
Esta ley tiene un impacto en el mercado. Se genera más competencia, lo que impulsa a que las empresas generen mejores servicios financieros donde los más beneficiados serán los usuarios finales. Esto tiene influencia sobre las tasas, los costos de administración de servicios, las evaluaciones de riesgo y la gestión de créditos hipotecarios, por citar algunos casos prácticos.
En definitiva, el aumento de la competitividad trae consigo menores tarifas, mejor servicio y mayor inclusión financiera.
¿Qué viene ahora?
Tras la promulgación del Presidente de la República, solo basta la publicación en el Diario Oficial para que se convierta en ley.
Las directrices de la CMF apuntan a generar un marco normativo flexible y neutral, desarrollar una arquitectura de datos, implementar “hubs” de innovación internos y promover capacitaciones. Se contempla que más de 100 nuevas Fintech ingresarán al mercado bajo su regulación.
En el proceso de implementación, se incluyen las siguientes etapas:
- Proceso de emisión de la normativa.
- Registro de las entidades en las actas de la CMF.
- Aprobación de las Fintech para el inicio de sus actividades.
- Delinear procesos de supervisión de las empresas autorizadas a operar.
- Generar estadísticas e información en apoyo a los procesos de regulación y supervisión.
En cuanto a las cifras, la ley Fintech implica un presupuesto de $1.200 millones en su primer año.
Floid: tecnología de Open Finance
Nosotros estamos convencidos de que la Ley Fintech permitirá el desarrollo del Open Finance, que es el futuro de la industria financiera. En nuestro caso, las entidades nos permiten el acceso a los datos personales y financieros de los usuarios para desarrollar innovaciones que mejoran su calidad de vida, generando un ecosistema más virtuoso.
Hoy en día, estamos ayudando a más de 10 instituciones bancarias de gran tamaño para que naveguen hacia esta corriente global.
Alfonso Maira, CEO de Floid, lo analiza así: “hace un tiempo que nosotros trabajamos con los principales bancos del país en temas de implementación de APIs y tratamiento de datos seguros. De hecho, fuimos los primeros en llegar a un acuerdo con Banco Estado en esta misma línea. Entonces, independientemente de que la ley se haya firmado recién, la colaboración entre la banca tradicional y las fintech se está dando desde hace un buen tiempo.
La promulgación de la ley es una muy buena noticia, pero todavía queda un camino por recorrer y llevarla a la práctica. Por ejemplo, está el tema de los estándares de seguridad que exigirá la CMF a los proveedores de servicios financieros. Ahora más que nunca saber identificar una fintech segura será la clave para los bancos, y nosotros como parte de ese ecosistema, ya hemos ido tomando todas las medidas necesarias para robustecer nuestro sistema y proteger los datos compartidos por los usuarios”.
Con nuestra tecnología de Open Finance, las entidades financieras pueden acceder a la más amplia gama de información de personas y empresas de todo LatAm, siempre protegiendo la integridad de los datos financieros.